De paseo por Buenos Aires: qué hacer a las orillas del río en Zona Norte
Cierra los ojos e imagina esto: es enero, el calor en la ciudad es sofocante y deseas hacer una escapada cercana, sin alejarte demasiado de tu hogar. ¿La solución perfecta? Sin lugar a duda, las tranquilas orillas del impresionante Río de La Plata.
Desde el bullicio de Capital Federal hasta los encantadores rincones de Olivos, San Isidro y más allá, te proponemos dos alternativas, para todos los gustos. ¿Listos para explorar este oasis en medio del calor urbano? Acompáñennos mientras desentrañamos las maravillas que aguardan a lo largo de las orillas del río.
El poder de elegir
Nuestra primera parada nos lleva a explorar las verdes costas de Vicente López, de camino hacia Olivos, donde, tras un relajante paseo, descubrimos el refugio perfecto para recargar energías: el Mostrador Santa Teresita, de Fernando Trocca.
La esencia del Mostrador Santa Teresita radica en su simplicidad, rapidez y exquisitez. Aquí, no hay menú fijo; solo la frescura de los ingredientes de estación que los cocineros ofrecen directamente a los comensales. ¿Plato chico o grande? ¿Qué proteínas, guarniciones y sorpresas del chef elegir? La elección está en manos de los visitantes. El corazón de este espacio es su imponente barra Neolith Nero Zimbwawe, donde los visitantes se acercan a crear su plato perfecto.
Para Trocca, no hay locación más idílica en Buenos Aires que esta, con su horizonte interminable y el majestuoso Río de la Plata como telón de fondo. La elección de materiales como la madera y la piedra le dan al espacio una vibra moderna y elegante. Los grandes ventanales que revisten el restaurante permiten disfrutar de vistas panorámicas del Río de la Plata, mientras la vegetación circundante crea un ambiente único. Y todo esto fue posible gracias a la dedicación y asesoramiento de De Stefano 1913, cuidando hasta el más mínimo detalle. Esto transforma a Mostrador Santa Teresita en una experiencia que va más allá de la comida, transportándonos a un lugar donde la cocina y el entorno se fusionan para crear momentos verdaderamente inolvidables.
Tradición argenta
Adentrarse en el bajo de San Isidro es como cruzar un umbral que transporta a otro mundo. Envuelto por árboles imponentes y conquistado por la naturaleza, este rincón suena al canto de los pájaros, se ve como un paraíso bohemio y se siente una serenidad impresionante, donde uno pierde la noción de los días y las horas.
Tras quemar energías con un paseo en bicicleta por las calles aledañas a la estación y a la nueva ribera del río, rodeados de mercaditos y ferias, no hay nada mejor que hacer una parada técnica en Fuegos 999, el restaurante de Laucha Luchetti, la cabeza detrás de Locos X el Asado (con casi 2.5 millones de seguidores en YouTube y más de 3 millones de seguidores en Instagram).
A diferencia de las típicas parrillas emergentes que abrazan un estilo rústico, Fuegos 999 tiene una presencia más sofisticada y elegante. Con diseño de De Stefano 1913, las amplias barras de Neolith Calatorao son el escenario perfecto para un menú impresionante, con una gran variedad de cortes de carne, clásicos irresistibles como el matambrito a la pizza, empanadas caseras, las imperdibles achuras y una sorpresa especial: una súper milanesa con guarnición de fideos (¡como las de la abuela!).
Fuegos 999 es el lugar perfecto donde acabar un tradicional paseo de fin de semana por el bajo de San Isidro, donde la experiencia culinaria se convierte en un viaje sensorial, donde cada bocado es una celebración de la pasión por el asado y la innovación en la cocina.
Las costas del río tienen opciones para todos; desde aquellas personas que aprecian una extraordinaria cocina de temporada, hasta los que prefieren una buena parrillada completa. Lo seguro es que pasear por las orillas del rio de la plata y disfrutar de las opciones culinarias disponibles, le llenan a uno el alma y el corazón.
